En septiembre de 2023, Unity introdujo una polémica tarifa conocida como Runtime Fee, que conmocionó a la comunidad de desarrolladores de videojuegos. Esta tarifa, que cobraba a los desarrolladores por instalación de juegos, provocó una gran reacción en contra. Los desarrolladores independientes, en particular, temían que esta estructura de tarifas pudiera arruinar sus negocios. Incluso los estudios consolidados alzaron la voz, lo que generó una pérdida masiva de confianza entre Unity y su base de desarrolladores.
Ahora, un año después, Unity ha decidido dar marcha atrás con la tarifa Runtime. A partir del 12 de septiembre de 2024, Unity ha eliminado por completo esta política y ha regresado a su anterior modelo de suscripción basado en licencias por asiento. Este cambio, anunciado por el nuevo CEO de Unity, Matt Bromberg, llega después de meses de "consulta profunda" con desarrolladores y socios. Bromberg reconoció que la tarifa iba en contra de la misión de Unity de "democratizar el desarrollo de juegos" y que el objetivo ahora es restaurar la relación con la comunidad
Este no solo es un triunfo para los desarrolladores; también marca un cambio en el liderazgo y las prioridades de Unity. El ex-CEO John Riccitiello, quien estuvo detrás de la implementación de la tarifa Runtime, renunció en medio de la creciente controversia. Su gestión estuvo marcada por decisiones que muchos consideraron como priorización de las ganancias por encima de las necesidades de los desarrolladores, lo que llevó a la situación actual. La credibilidad de Unity sufrió un duro golpe bajo su liderazgo, y este retroceso es tanto una corrección de su estrategia de precios como un esfuerzo por reparar el daño.
A pesar de la cancelación de la tarifa, las cicatrices que dejó el último año aún persisten. Los desarrolladores se muestran cautelosos, ya que el manejo inicial de la situación, especialmente la resistencia de Unity a eliminar por completo la tarifa, destruyó la confianza en toda la industria. Como comentó un desarrollador, este cambio “no asegura que algo así no vuelva a suceder”.
En cuanto al futuro de Unity, la compañía espera recuperar la buena voluntad con varios ajustes en sus servicios. Unity Personal, una opción popular para pequeños desarrolladores, seguirá siendo gratuita, y el límite de ingresos para su uso se ha duplicado a 200,000 dólares. Mientras tanto, los clientes de Unity Pro y Enterprise verán un aumento en los precios del 8% y el 25%, respectivamente, a partir de enero de 2025.
Está claro que la decisión de Unity de cancelar la tarifa Runtime es un paso hacia la recuperación, pero la compañía aún tiene un largo camino por recorrer para reconstruir su reputación. Queda por ver si estos cambios serán suficientes para recuperar la confianza de la comunidad de desarrollo de videojuegos.